jueves, 25 de noviembre de 2010

Creo que el hecho de que una polilla del tamaño de un avión, se aparezca de repente a las 4.30 am en tu habitación, puede cambiar tu vida para siempre, más todavía si estás 30 minutos para matarla con una almohada y una vez que la mirás muerta, sin vida, no era tan grande como parecía. Y al fin y al cabo te sentís un poco fóbico y bastante pelotudo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario